Xiomara Castro ya es presidenta de Honduras luego de convertirse en la candidata más votada de la historia; en la primera mujer que alcanza ese cargo en Centroamérica, y sobre todo, después de un “accidentado” periodo de transición, que no es casual.
Con Xiomara Castro retorna la izquierda al poder en una de las Repúblicas basculantes de América Central después de 12 años de travesía en el desierto y una década desde que el último golpe de Estado clásico desalojara a un Manuel Zelaya en pijama del poder para colocarlo en Costa Rica, donde se exilió. Después asumió interinamente el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, hasta posesionar a Porfirio Lobo, del Partido Nacional de Honduras, como ganador de unas elecciones cuestionadas. Tras varios meses de tensión internacional, se acabó reconociendo.
Xiomara Castro tiene entidad política propia y bien ganada, pero es también la esposa del mismo Zelaya del sombrero golpeado y puesto en un avión para abandonar el país por parte del ejército en 2009. El sobrino de Zelaya, José Manuel Zelaya, es hoy como Ministro de Defensa probablemente a ajustar ciertas cuentas, mientras que el hijo de ambos pasa a ser el poder en la sombra con ese cargo de “secretario privado” de la presidenta.
El retorno del binomio Castro – Zelaya ha provocado movimientos telúricos en toda Centroamérica, que pone cabeza de playa en la reconstrucción continental por la izquierda popular que espera la resolución de los embates en Colombia y Brasil de este año para poder sopesar lo que viene tras las victorias en Chile y Perú y la recuperación del gobierno en Bolivia.
La amplia victoria de Xiomara Castro no ha dejado lugar a dudas y hasta 57 países participaron ayer de la toma de posesión, algunas al más alto nivel, como España que llevó al Rey Felipe – que es habitual - o Estados Unidos, que desplazó a la vicepresidenta Kamala Harris – que es extraordinario -. Bolivia llevó al canciller Rogelio Mayta y también participó Sacha Llorenti como secretario del Alba.
La presencia de Harris se justifica por una peculiaridad de Honduras, que Xiomara ha jurado mantener: es de los pocos países en la región que tiene relaciones con Taiwán y por ende, no con China, que lo considera una afrenta a su soberanía. En cualquier caso, hay asuntos de fondo. Honduras es esencialmente un país dedicado a la exportación de materias primas, muy cruzado por la violencia y el narcotráfico. Las relaciones con Bolivia son mínimas y no se conoce intercambio comercial alguno. Tampoco hay embajada, ya que en Centroamérica se limita a Costa Rica y Panamá, además de Nicaragua por motivos más políticos que estratégicos.
Una posesión “caliente”
"La Presidencia de la República nunca había sido asumida por una mujer en Honduras, han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó nuestra Independencia. Estamos rompiendo cadenas y estamos rompiendo tradiciones, este hecho histórico solo pudo surgir de la voluntad mayoritaria del pueblo. Gracias por este honor y confianza", fueron las primeras palabras de Castro al ser juramentada como mandataria.
El acto de toma de posesión se llevó a cabo ante una multitud reunida en el Estadio Nacional de Tegucigalpa y Castro, primera mujer presidenta de Honduras y la más votada de su historia, fue juramentada por la jueza Karla Lizeth Romero Dávila.
"Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes", dijo la mandataria ante la jueza.
Durante su discurso, Castro destacó que recibía un Estado "en bancarrota", luego de haber sido "hundido estos últimos 12 años". "Es imposible encontrar otro momento en nuestra historia tan lleno de sabotaje contra nuestra patria [...] Debemos arrancar de raíz la corrupción de los 12 años de dictadura. Tenemos el derecho de refundarnos sobre valores soberanos, no sobre la usura", añadió.
Castro adelantó que durante la puesta en marcha de su proyecto de "socialismo democrático", concentrarán los mayores esfuerzos en cuatro sectores que permanentemente han reclamado los ciudadanos: "educación, salud, seguridad y empleo".
La nueva presidenta señaló que su mandato estará acompañado por la voz del pueblo, que espera que se exprese mediante consultas populares. Al respecto, solicitó al Congreso nacional que "apruebe la ley para la participación ciudadana" para la activación de estos mecanismos.
Los fantasmas
El proceso de toma de posesión se llevó a cabo de esta manera, luego de que la semana pasada se realizara la juramentación en paralelo de dos presidentes del Congreso: Luis Redondo –apoyado por Castro– y Jorge Cálix, disidente del oficialismo y respaldado por los diputados de la oposición. Esto sucedió después de que se generara una crisis política que devino en acusaciones de traición, tras la ausencia de 20 diputados del partido Libertad y Refundación (Libre) en una reunión y que agitara todos los fantasmas del golpe.
En ese panorama, actores internacionales y mediadores como la Organización de Naciones Unidas (ONU) iniciaron los acercamientos en el seno del oficialismo, hasta que se produjo una reunión entre la presidenta Xiomara Castro y el disidente Jorge Cálix, al que le ofreció hacerse cargo de una especie de ministerio sin cartera, como coordinador de Ministerios, a lo que Cálix no ha respondido aunque se mostró proclive en twitter.
“Muchas gracias Presidenta @XiomaraCastroZ, fue un gran placer conversar con usted. Para mi y para cualquiera, sería un un gran honor formar parte del gobierno de la resistencia y de la reconciliación nacional. Pronto recibirá mi respuesta”.
Un país por reconstruir
A pesar del estruendo que ha generado la pugna a lo interno del oficialismo, superar esa crisis política no es el único reto que enfrentará Xiomara Castro. La situación actual del país, severamente afectado por el covid-19, representa un desafío mayúsculo para su Gobierno.
Con unos niveles de pobreza que ya se ubicaban en 74 % antes de la pandemia (y hasta 82 % en entornos rurales), Honduras es uno de los países centroamericanos con mayor número de población vulnerable. Ese hecho incontrovertible es la raíz del aumento del número de migrantes que deciden emprender el peligroso viaje a EE.UU.
Las detenciones de hondureños en la frontera de EE.UU. aumentaron casi ocho veces el año pasado, al pasar de 41.543 personas arrestadas en 2020 a 319.324 en 2021.
El aumento del flujo migratorio, que preocupa seriamente a Washington, es una de las razones por las que EE.UU. también ha estado alentando las conversaciones dentro del oficialismo, ya que una eventual crisis institucional podría ser contraproducente en su plan de frenar las caravanas que salen de Centroamérica con destino a territorio estadounidense.
De hecho, las detenciones de hondureños en la frontera de EE.UU. aumentaron casi ocho veces el año pasado, al pasar de 41.543 personas arrestadas en 2020 a 319.324 en 2021.
Y es que, además de la violencia sistémica que condena a la población a la pobreza y empuja a la migración, en 2021 el país reportó el aumento de 6,5 % del número de homicidios en comparación con 2020.
Estos elementos, aunados al impacto de desastres naturales como los huracanes Eta e Iota que asolaron a Honduras el año pasado –y afectaron especialmente las zonas rurales dedicadas a la producción de alimentos–, configuran un escenario de crisis económica, social, política y migratoria que deberá afrontar la nueva mandataria.
Por otra parte, Castro tendrá el reto de limpiar la imagen de su país en el contexto internacional, luego de la mácula dejada por su antecesor, Juan Orlando Hernández, acusado de vínculos con el narcotráfico y con su hermano Juan Antonio 'Tony' Hernández preso de por vida en EE.UU. por tráfico de drogas.
EEUU y el temor al giro continental
La presencia de Kamala Harris, la estelar vicepresidenta de Estados Unidos, en un momento además de alta tensión geoestratégica por el pulso con Rusia por Ucrania ni ha dejado de llamar la atención.
Con la llegada de Joe Biden a la presidencia – que por cierto era Vicepresidente cuando el golpe a Zelaya, en el que se detectó participación de la inteligencia norteamericana – EEUU ha pretendido dar un giro a sus relaciones con el continente después del vendaval Trump, que se centró básicamente en Venezuela. Biden prefiere centrarse en los “problemas” reales de la región para con Estados Unidos, y esto es esencialmente la migración masiva que tiene el triángulo Honduras, El Salvador y Guatemala como principal punto de partida.
Con la excusa de la migración, Harris armó una delegación netamente económica con la administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Samantha Power; el subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, José W. Fernandez; y la encargada de negocios de la embajada de EE.UU. en Tegucigalpa, Colleen Hoey, además del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols y prometió 1.500 millones de dólares de inversión en la región de parte de Microsoft, Pepsi y Master Card, pero la preocupación es general.
Solo en Centroamérica, con Nicaragua en manos de los Ortega y Nayib Bukkele rompiendo influencias en El Salvador con asuntos tan sensibles como las criptomonedas, Harris tratará de que Honduras no ingrese en una deriva antiimperialista que les deje en minoría en la región en un momento en el que las tensiones se concentran con China principalmente y Rusia en un plano más geoestratégico.
Lo cierto es que la región latinoamericana va cambiando de color con el paso de los meses y después de la pandemia. Países como Chile y Perú, muy asentados en el centro – derecha, han pasado a manos de gobernantes de la izquierda popular como Pedro del Castillo y Gabriel Boric, aunque entre ellos tengan poco que ver.
Este año Colombia y Brasil, los dos feudos más importantes controlados por la derecha, tienen elecciones y las tendencias auguran un nuevo triunfo popular, una situación que dejaría al bloque en una situación única y poco cómoda para Estados Unidos y la OEA.
Una agenda urgente para el país
La presidenta se ha comprometido a q que más de un millón de familias que viven en pobreza, a partir de este día no pagarán más las facturas del consumo de energía, "la luz será gratis en sus hogares" y además, se enviará un proyecto de ley al Congreso para crear un subsidio al precio de los combustibles.
Medioambiente
No habrá más permisos de minas abiertas o explotación de minerales, ni más concesiones en la explotación de ríos, cuencas hidrográficas, parques nacionales y bosques nublados y se pondrá especial atención en el desarrollo agroforestal, el desarrollo industrial, la promoción del turismo y una estricta política fiscal y monetaria.
Reparación
El Ministerio de Educación garantizará las clases presenciales a niños y jóvenes, asegurando la matrícula gratis, merienda escolar, vacunas y mascarillas. El Gobierno se concentrará en el desarrollo agropecuario y soberanía alimentaria. Habrá libertad para los presos políticos de Guapinol y justicia para Berta ambiental Cáceres, activista e indígena asesinada.
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