Simón Bolívar. Caaguazú. Omar Jara.
En un hecho considerado indignante por familiares y gremios docentes y de directores de instituciones educativas, una profesora que falleció de COVID-19 fue enterrada con la utilización de una pala cargadora. El Sindicato Nacional de Directores de Instituciones Educativas Públicas (Sinadi) informó que ya ha radicado una denuncia del caso ante la Fiscalía.
El insólito hecho ocurrió hace unos tres días en el distrito de Simón Bolívar, departamento de Caaguazú. En un video, que se ha viralizado, se puede ver a un tractor, que sería de la municipalidad local, excavando la tierra donde fue colocado el cuerpo de la fallecida; y luego vuelve a tapar la fosa con tierra. La víctima fue identificada como Cirila Ozuna Benítez.
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El miedo a contraer el virus, la falta de humanidad y el desconocimiento habrían llevado a las autoridades locales a utilizar un tractor de la comuna para enterrar a la mujer, fuera de toda consideración y protocolo.
Miguel Marecos, secretario ejecutivo del Sindicato Nacional de Directores de Instituciones Educativas Públicas (Sinadi), expresó su indignación con relación al hecho e indicó que ya se hizo la denuncia del caso ante el Ministerio Público.
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“Nos enteramos a través de las redes sociales de que una docente, la profesora Cirila Ozuna, fue enterrada con una pala cargadora que sería de la comuna local. Quedamos muy indignados porque así se los entierra a los animales, pero nunca un ser humano debe ser inhumado de esta manera”, dijo a medios de prensa.
Marecos agregó que el equipo jurídico del Sinadi ya tomó cartas en el asunto. “Esto está tipificado en el Código Procesal como profanación. Nosotros ya presentamos ante la Fiscalía una denuncia para la investigación del hecho y posterior castigo de los responsables”, expresó. El hecho causó un gran dolor y enfado entre los familiares de la mujer y en gran parte de la población.
Un caso similar ocurrió en marzo pasado, cuando el cuerpo de un adulto mayor que falleció por COVID-19 en Puerto Casado, en el departamento de Alto Paraguay (Chaco), fue arrojado a una fosa común desde un tractor dentro de una bolsa mortuoria. Tras viralizarse e indignar en redes aquella historia, finalmente el cuerpo fue extraído del pozo y puesto en un cajón fúnebre.
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