Con el verano ya cerca, estamos en temporada alta de bodas. Celebraciones sagradas donde las haya, las nupcias no solo son grandes ocasiones para los que intercambian anillos, sino un examen de refinamiento para los amantes de la tradición protocolaria. A menos que sea uno la reencarnación de Kurt Cobain y crea que el atuendo más adecuado para un casamiento es un pijama, hay que tener presentes estas normas que rigen en las bodas.
Lo importante para un novio es vestir de acuerdo a sus preferencias y al tipo de boda que ha organizado, evitando las excentricidades. Lo más recomendable es el chaqué, aunque un traje de americana cruzada, una semilevita o incluso un frac también sirven. Lo que pocos saben es que el reloj es un complemento vetado al novio. Otro accesorio con el que hay que tener cuidado es el que escojamos llevar en la solapa: “Se puede elegir entre pañuelo o flor, pero jamás los dos, aunque este uso esté muy extendido en la moda británica”, cuenta Ruth García Broto, subdirectora de Protocolo, una empresa textil dedicada a cuidar el buen vestir de los caballeros.
El protocolo lo marca aquí el novio: si este lleva traje, el padrino debe vestir lo propio; si se decide por un chaqué, el padrino deberá vestir este conjunto también (aunque, en este caso, le está permitido decantarse por un traje de media etiqueta, como un conjunto de americana y pantalón).
Esta es sencilla: el vestuario que debe seguirse es el que indique la invitación. Si no se menciona este tema, una apuesta segura es un traje oscuro para una ceremonia de tarde o de noche, mientras que los colores más claros funcionarán mejor en una boda de mañana. García Broto añade un consejo para los testigos: “Si el novio va de chaqué, deberá seguir esta vestimenta”.
Pues por si algún bellaco decide atacarla. No es una broma: antiguamente, los caballeros se sentaban a la derecha para poder desenvainar su espada con premura en caso de que algún invitado non grato decidiera robarle a su chica.
García Broto no ve atisbos de duda: “Si la americana solo es de un botón, siempre deberá ir abrochado. Si es de dos, solo el superior. Si tuviera tres, siempre el botón de en medio y, a veces, el superior. Y, si es cruzada, todos los botones deben ir abrochados siempre. A la hora de sentarse, si fuera preciso, se puede desabrochar la chaqueta”.
Aunque estas prendas siempre han de ir abrochadas antes de la ceremonia mientras el novio recibe y saluda a los invitados y cuando entre en el espacio en que se celebre la boda, se pueden desabrochar una vez el novio se encuentre con su futura esposa en el altar.
En la España peninsular, el chaqué es el conjunto nupcial masculino por excelencia. No ocurre lo mismo, sin embargo, en las Canarias, donde el frac es el protagonista. Esto es así porque en el sector hostelero canario el maitre lleva chaqué.
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