Eran los años 90 cuando aparecía en la escena mediática nacional un joven llamado Jaime Bores. Durante años, se convirtió en un imprescindible de ese medio -aquí te recordamos sus programas en televisión- en el que transitó por diferentes cadenas. Sin embargo, desde que en enero de 2012 le viéramos por última vez en 'Vuélveme loca', espacio de Telecinco que se suspendió por los malos datos de audiencia, poco o nada se ha sabido de este vasco que, ahora ha roto su silencio desde esa guarida del anonimato en la que se refugió hace una década. Es el diario 'ABC' el que ha conseguido en este arranque de año que este se pronuncie y dé algunas pinceladas de cómo es su día a día desde que dejamos de verle en la pequeña pantalla.

"Me fui porque quería volver a ser anónimo y sigo en la misma línea. No me apetece tener que estar dando explicaciones públicamente", explica al periodista Saúl Ortiz, que es quien ha conseguido que, ahora, diez años después de que dejara de ser un personaje público, se preste a realizar unas escuetas declaraciones con las que hacernos una idea de cómo es su día a día. ¿A qué se dedica ahora? Pues cambio las cámaras por la hostelería, vive entre Asturias y Madrid y, tal y como él mismo explica, "cuando me canso de un sitio me voy a otro". Sin ataduras. Así es como vive este hombre que deja muy claro a lo largo de la charla que no tiene el más mínimo interés de regresar a aquella vida con la que se convirtió en parte de la nuestra.

Jaime no entra a dar detalles sobre esos negocios que le mantienen a día de hoy y sostiene que lleva "una vida normal, con los problemas de cualquier persona e intentando ser feliz". Teniendo en cuenta los tiempos que corren, llevar una vida normal, suele ser poco normal, pero él parece estar encantado por lo que se desprende de sus palabras. Una normalidad en la que está tan a gusto instalado que no le cabe en la cabeza que, después de una década, siga despertado curiosidad qué ha sido de su vida: "No considero que mi vida tenga tanta importancia, ni tengo relevancia ni la busco, es una vida tan lejana que parece de otra persona".

Un cambio también por fuera

No solo ha cambiado de dedicación y de modelo de subsistencia, también en el aspecto físico ha habido metamorfosis. O eso es lo que tenemos que creernos, porque lo dice él mismo. "Ahora soy un madurito atractivo, tengo el pelo gris y mi apariencia no es la misma que la gente recuerda", dice con gran sentido del humor, evitando que se le siga colocando esa etiqueta de uno de los rostros mediáticos más atractivos que tuvo asociada durante mucho tiempo.

Tampoco evita pronunciarse sobre ese episodio que, durante un tiempo, se creyó que había marcado el principio del fin de su carrera en los medios. Fue en la gala de Miss España, cuando hubo un malentendido con la tarjeta de la ganadora. "Leí el nombre que aparecía en la tarjeta pero me di cuenta de que no podía ser y me dirigí automáticamente a Ansón, que era el presidente del jurado, para que revisara el veredicto", explica antes de sentenciar con mucha contundencia y desterrar rumores del pasado: "Se ha repetido sin cesar que fue la causa de mi salida de televisión, que ese percance provocó el final de mi carrera, pero nada de eso es cierto, me molesta que se mienta".

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