Son las zapatillas deportivas más famosas de la historia. Nacidas entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y tras su éxito desmesurado durante los años 60 y en adelante, el calzado deportivo se ha consolidado como una auténtica tendencia.
Convertidas en referente e icono de la cultura popular, hablamos de un clásico imprescindible dentro de la moda, tanto urbana como deportiva, que las celebrities de medio mundo democratizaron. Todos querían ser Borg o McEnroe. Más tarde, Michael Jordan.
Con el tiempo, la inserción de las deportivas en el streetwear (moda urbana) propició que llegase a ser objeto de deseo de las nuevas generaciones. Los 80 y 90 sirvieron para demostrar que se podía hacer deporte con estilo… y que el nuevo lujo pisaba fuerte las calles: Gracia de Mónaco, la princesa Diana, John J. Kennedy y Carolyn Bessette, Jennifer Aniston o Claudia Schiffer… Hoy, sueñan con imitar a Alexa Chung o Hailey Bieber.
En definitiva, este calzado informal de estética vintage instauró un negocio que genera miles de millones de dólares anuales. La colección Stan Smith de Adidas, Reebok Classic, Nike Air Force Once… o incluso las pioneras, Dunlop y Superga, son algunas de las que nos vienen a la cabeza. Todas ellas fueron concebidas para fines deportivos y, como era de esperar, se centraron en todo menos en el diseño. Recorremos la historia de algunos de estos modelos de culto que nos fascinan.
Es uno de los zapatos estadounidenses por excelencia y se sitúa entre los más legendarios y representativos de todos los tiempos. Como bien presume la propia marca, más que una zapatilla, Converse vive a través de leyendas, héroes y precursores atados por el amor al deporte.
Su silueta envolvente del tobillo se diseñó en función de las necesidades ergonómicas de los jugadores en la cancha. Además, se convirtió en el zapato oficial de los Juegos Olímpicos de 1936 y se vinculó al uniforme de los soldados del ejército de Estados Unidos (siendo también el favorito entre los jugadores de la NBA durante la década de los 60).
Fundada por Marquis M Converse en 1908, la marca representa deportivas americanas con más de 100 años de historia. Fue la primera en captar cómo el deporte cautivaba a hombres y mujeres con la idea de cumplir el sueño americano.
Ya en los 70, su atractivo decayó en la calle, pero tomó peso entre los jóvenes rebeldes. Con Los Ramones la firma se reinventó gracias a la inclusión de las All Star negras en la portada de su álbum debut, cuando la historia de Converse cambió para siempre.
En 1908, Marquis M. Converse fundó The Converse RubberShoe Company con la idea de abastecer a jóvenes deportistas con calzado con más flexibilidad y confort… hasta que en 1917 desarrollaron el primer calzado de baloncesto, la conocida All Star.
Actualmente, la marca se comercializa a nivel mundial y cuenta con el récord de haber vendido más de 1.000 millones de pares en el mundo con sólo este modelo.
Cambiaron la historia del deporte y su nombre sólo podía deberse al gran Michael Jordan. Por aquel entonces, además de cambiar la historia del baloncesto, su imagen era el imán perfecto para el mundo de la publicidad en general y las zapatillas en particular.
Prueba de ello fue que construyó la marca, tras firmar con Nike en 1984, a su imagen y semejanza (en la que consiguió más beneficios que por sus seis anillos, sus cinco trofeos de MVP o por su legado como uno de los mejores deportistas de la historia).
“Las Air Jordan 1 fueron las primeras zapatillas que llevé en el Madison Square Garden de Nueva York en 1984 y quería que fueran las últimas. Corría marzo de 1998 y sabía que no volvería a jugar en esa cancha”, dijo por aquel entonces nuestro protagonista. Nada que añadir.
La historia de esta legendaria marca estadounidense comenzó el siglo pasado en Massachusetts. Fue la primera zapatilla del mundo creada expresamente para correr; aunque el primer modelo de New Balance 990 surgió en 1982 y se posicionó como el calzado de running más caro del mundo.
También fueron las primeras en llevar la característica N gigante en los laterales. Un logo, obra de Terry Heckler, que hizo sombra durante un tiempo a rivales como Nike o Adidas. Convertidas en las reinas del casual, fueron marca de culto entre los corredores.
New Balance surgió como sinónimo de estabilidad, amortiguación y flexibilidad. En 2007 surge New Balance 992, una evolución de la serie, que pasó a ser parte del uniforme diario de Steve Jobs. Si algo tenemos claro, es que las clásicas New Balance serán la máxima tendencia este otoño.
Esta marca italiana con más de 100 años de historia nació bajo el cuidado y la atención de Walter Martiny en 1911. Entonces, la fábrica de Superga comenzó a producir zapatillas con suela de goma.
Fue en Turín donde se desarrolló, en 1925, el estilo clásico de la Superga 2750. Tras cerrar durante la guerra, la fábrica reabrió con la misión de llevar calzado de alta calidad a la gente de Italia. Dicho y hecho: con un diseño especial para jugar al tenis, de silueta sencilla y minimalista, el 2750 se estableció como la zapatilla de lona más popular del país. En definitiva, un icono italiano capaz de pasar de la cancha a la calle con una facilidad increíble.
Hecha de caucho vulcanizado, este calzado cambió por completo el ritmo de los deportistas… y se perfeccionó de nuevo cuando la marca fue adquirida por Pirelli en 1951. La venta supuso el renacer de la misma que, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se había visto obligada a cerrar. Con el tiempo, empezó a consumirse como alternativa al zapato tradicional, revolucionando el mercado durante las décadas de 1970 y 1980.
Aunque fracasó durante los 90, desde el comienzo del nuevo siglo, y en adelante, empezó a ser habitual ver a referentes de estilo pisando el asfalto con ellas (y en diferentes colores).
Ya en 2007, la firma fue adquirida en su totalidad por el grupo italiano BassicNet, facturando al año más de 170 millones de euros. Su historia nos deja famosos consumidores de Superga 2750; desde Lady Di a Michelle Obama, pasando por Steven Spielberg, Brad Pitt o Halle Berry.
Son un icono de la moda deportiva y las más emblemáticas de la firma. Con más de 60 años de experiencia, este modelo de Reebok Classic se ha ido adaptando a los tiempos que corren, desde su aparición en 1983.
La llegada de las Classic Leather encandiló al público al incluir cuero de primera calidad, llegando a ser un símbolo de estilo consciente, especialmente las realizadas en cuero blanco.
El color blanco y su sencillo diseño fueron los ingredientes perfectos para desatar la locura durante la década de los 90. Un reclamo sobre el asfalto para personas de todas las edades, sexos y aficiones. En definitiva, un clásico que nunca falla.
De la pista de tenis a la calle. Las Stan Smith son uno de los modelos más influyentes del mercado (y las más vendidas de Adidas). Es más, los 22 millones de pares vendidos en 1988 le valieron a la casa el Récord Guiness y sus tres rayas son una excepción en el catálogo de la firma… Te contamos la historia:
En 1963, Adidas creó sus primeras zapatillas para tenis. En concreto, Horst Dassler, hijo de Adolf Dassler, su fundador, presentó unas deportivas de cuero inéditas en la pista que se convirtieron en uno de los pares más famosos del mundo. ¿La novedad? Su parte superior de piel con tres franjas de agujeros en el lateral fue diseñada con el fin de que el pie transpirase mejor (ah, y con suela de goma).
Aunque en un principio su nombre fue en honor a Robert Haillet, tenista mítico de los 60, casi dos décadas más tarde adoptaron el que ya conocemos. Haillet, uno de los mejores de la época, empezó a decaer como jugador y terminó retirándose.
En ese momento, el americano Stan Smith empezaba a despuntar y terminaría convirtiéndose en número 1 en el mundo. Como consecuencia, y durante los siguientes 30 años, las Stan Smith se relanzaron en varias ocasiones.
Tras una mala racha, el modelo dejó de fabricarse… hasta que en 2014 volvieron a recuperar su puesto y se coronaron como el modelo más vendido de la historia de Adidas. En concreto, superaron los 44 millones de pares vendidos.
Puede que no figuren entre las más conocidas, pero si algo sabemos es que Saucony es una de las marcas más reconocidas del mundo. Fundada en 1898 en Kutztown, Pensilvania, en la ribera alta del arroyo Saucony (del que la marca recibiría su nombre). Desde entonces, fueron leales al deporte e invitaron a millones de personas en todo el mundo a correr con ellos.
Dedicados a las zapatillas deportivas, tuvieron un gran despegue en la primera mitad del siglo XX, momento en el que el atletismo empezaba a despegar. Al no existir un calzado de running como tal, Saucony ofrecía un producto que beneficiaba a los atletas en su objetivo de correr mejor.
Fue así como en 1958 nació el primer modelo de la gama de zapatillas de running de Saucony, el Spike 7446. Por aquel entonces, gustó tanto que el modelo empezó a verse también sobre el asfalto como calzado casual.
En 1981 fue cuando se lanzó por primera vez al mercado el modelo Saucony Jazz, el calzado pionero de running. Calzando este modelo, el neozelandés Rod Dixon ganó la Maratón de Nueva York con uno de los finales más espectaculares de la historia del atletismo. Y la firma se convirtió así en marca de referencia.
Ya en 2009 llegó Kinvara, el hito en la historia de Saucony. El éxito radicó en estar inspirada en las peticiones de los atletas patrocinados por la marca. En concreto, pedían un modelo que les permitiese correr de forma natural, volviendo a los orígenes y eliminando todo lo superfluo (que no fuese esencial) sin renunciar a una buena amortiguación. Una zapatilla deportiva, al fin y al cabo.
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