¿Somos una especie interplanetaria como apuntaban Asimov o Sagan? Para Elon Musk, la respuesta es evidente: sí. De ahí que su empresa SpaceX se haya propuesto llevar al hombre a Marte en 2024.
La NASA, por su parte, también tiene como objetivo llegar a Marte en misiones con astronautas, si bien sus fechas son a largo plazo: en algún momento de la década de 2030.
China, por su parte, confía en poder adelantarse a todos y desembarcar en el planeta rojo en 2023.
Ahora bien, no todo es tan idílico en la carrera espacial que se ha abierto en la última década, en buena parte impulsada por la irrupción de empresas privadas como SpaceX o Blue Origin, de Jeff Bezos.
Por una parte, hay que considerar el tiempo que consume el viaje entre los 2 planetas. Máxime cuando la distancia entre ellos varía en función el ciclo de rotación alrededor del Sol de cada uno.
Si la Tierra está en su punto más alejado del Sol y Marte en su punto más cercano, y siempre que los 2 cuerpos se encuentren perfectamente alineados, la misión tripulada debería superar una distancia de 54,6 millones de kilómetros.
Sin embargo, esto es una hipótesis: nunca ha ocurrido. Por ahora. La mayor aproximación entre la Tierra y Marte se vivió en 2003: los separó un espacio de 56 millones de kilómetros.
Se estima que el punto más próximo de cada ciclo ocurre cada 26 meses, momento en el que se aprovecha para lanzar las misiones.
Fox
La misión Perseverance, por ejemplo, consumió 2020 días de viaje espacial, algo más de 6 meses. Se lanzó el 30 de julio de 2020.
Otro aspecto que están estudiando los científicos es cuánto tiempo puede estar una misión humana en Marte.
Y ya hay límite establecido: 4 años. Este sería el tiempo de permanencia sobre la superficie marciana para un humano en su estado actual (se contempla la modificación genética para conseguir colonias humanas permanentes adaptadas a las condiciones del planeta).
¿Por qué? Según un estudio publicado en la revista Space Weather, la radiación a la que se someterá el cuerpo de los astronautas que pisen su superficie será un problema grave.
Según los datos recabados por las diversas misiones de exploración, habrá 2 tipos principales de radiación que supondrán un peligro para el hombre: las partículas energéticas solares (SEP) y los rayos cósmicos galácticos (GCR).
La intensidad y evolución de ambos respecto a cómo actúan en la superficie de Marte depende de la actividad solar en los diversos ciclos.
Aquí entra en la ecuación lo que se denomina el máximo solar: ese ciclo en el que las radiaciones más agresivas del astro rey disminuyen y los humanos pueden protegerse de las partículas SEP.
Además del tiempo, la colonización que plantea Elon Musk, como él mismo ha reconocido en varias ocasiones, se enfrenta a varias encrucijadas.
La autosuficiencia es una de ellas. El coste y demora del envío de suministros a una región por colonizar hace inviable esta opción.
El objetivo de todos los que intentan conseguir el hito de llegar a Marte pasa por crear colonias capaces de generar oxígeno y otros recursos básicos por sí mismos.
SpaceX
Aunque no sea espectacular, y el cine pase sobre ello como algo gracioso, a día de hoy parte del agua que nutre, por ejemplo, a la Estación Espacial Internacional nace del reciclado de la orina, como explica National Geographic.
Para la subsistencia de sociedades en la colonización y terraformación de Marte se necesitan ciudades, diversidad genética y protección.
La NASA aún no ha resuelto el problema de los trajes espaciales con los que enviará a sus astronautas al planeta rojo ni han comenzado los envíos de material que se necesita para establecer una primera colonia.
Ni siquiera se ha realizado un mapa de toda la superficie marciana para encontrar zonas y regiones reconvertibles en habitables. Probablemente, bajo tierra.
A todo ello se le suma el daño en el organismo que implica pasar mucho tiempo sin gravedad en el espacio. El experimento de los gemelos Kelly, realizado en 2014 por la NASA, permitió extraer estas conclusiones:
Con todo, estos datos corresponden aún a investigaciones sobre permanencia en el espacio y no en Marte.
Otro de los retos a superar antes de convertirnos en esa especie multiplanetaria de Elon Musk es abaratar el coste del trayecto. El lanzamiento de la primera cápsula con civiles no astronautas abre las puertas a conseguirlo, según el propio CEO de SpaceX, convencido de los viajes a Marte no serán solo para ricos.
Sin minería ni Portezuelo, nace en Malargüe una empresa que produce vino
Adiós a Carlos Marín: así es el patrimonio y la fortuna que deja el cantante de Il Divo
Récord de mujeres afiliadas a la Seguridad Social, pero temporales y con bajos salarios
Ceviche a Recoleta y medialunas para funcionarios: la apuesta de los trabajadores de la Villa 31 para vender fuera del barrio