La pandemia lo cambió todo hace casi un año. El coronavirus no soló confinó a millones de personas, sino que también transformó de la noche a la mañana la economía, puso patas arriba decenas de industrias y provocó cambios en nuestros hábitos de vida que seguramente nos acompañen durante años o, quizás, lo hagan para siempre.

También, por supuesto, la pandemia cambió la manera en la que nos vestimos. La moda, de alguna manera, también se encerró.

El chándal —o en su defecto, el pijama— se ha vuelto una de las prendas por excelencia dentro de casa en medio del reinado generalizado del athleisure, la moda casual que permite combinar el deporte con el ocio.

Con las tiendas cerradas por el coronavirus, sin grandes eventos y con los desfiles muy limitados, las series se han convertido en una fuente inagotable de inspiración y en un escaparate impagable para muchas marcas. Por eso las series de mayor éxito han jugado un papel fundamental a la hora de crear tendencias de estilo.

El espectador tiene más tiempo para encariñarse con los personajes de una serie y eso desata el deseo de ser como lo que ve en pantalla. "Nuestra relación con el protagonista se vuelve personal, casi íntima", explica Dinah Sultan, estilista de la agencia de consultoría de tendencias Peclers Paris, en una entrevista en Femina.

LIAM DANIEL/NETFLIX

Los Bridgerton no solo se ha convertido en uno de los mayores estrenos de la historia de Netflix, sino que además ha disparado las ventas de los corsés, una prenda que llevaba décadas olvidada y que ahora ha vuelto con fuerza como uno de los elementos más icónicos de la serie.

Orchad Corsets, una firma especializada en la venta online de este tipo de prendas, ha explicado a Business Insider que las ventas se han elevado hasta el punto de que el tráfico de su página web se ha crecido un 71% desde el estreno de la serie, un aumento similar que confirman desde Etsy (91% de aumento) o Corset Story (20%).

La renovada fiebre por los corsés nace en Netflix, pero se alimenta también de otra pantalla, la de TikTok, para aumentar su popularidad. El hashtag #Regencycore recoge más de 730.000 vídeos subidos por usuarios (en su mayoría mujeres jóvenes) que han tirado de creatividad para vestirse con el estilismo que puede verse en la serie.

El precio de salir en pantalla

No hay reglas para que las marcas aparezcan en una gran producción de Hollywood. Hay anuncios pagados, pero lo más frecuente es que lo que lleven los actores esté en manos de los estilistas y los diseñadores de vestuario. La relación con esas personas es, en última instancia, lo que marca la diferencia.

Las marcas se ponen en contacto directamente con los estilistas en Instagram o a través de sus agentes. También envían ropa y accesorios a los actores, con la esperanza de que lleven las prendas al plató y llamen la atención del equipo de vestuario. Pero un contacto más sutil tiende a funcionar mejor, resume un reportaje de Business of Fashion firmado por la periodista Alexandra Mondalek.

De los corsés de 'Los Bridgerton' a las zapatillas Air Jordan en 'Lupin': cómo las series de éxito están cambiando la industria de la moda

"Que tus prendas o accesorios aparezcan en televisión es una exposición de valor incalculable", explica Mondalek. "Y esto nunca ha sido más cierto que durante una pandemia en la que los espectadores han dedicado horas interminables a ver y revisionar series", añade.

"Las marcas saben que las series son un poderoso vector de influencia gracias a su visibilidad", coincide Alexandra Jubé, una consultora de tendencias con 12 años de experiencia, también en palabras a Femina. Ya sea colocando productos o lanzando colecciones a posteriori, los profesionales del marketing se dirigen a los jóvenes. Stranger Things, por ejemplo, ha colaborado con colecciones con H&M, Levi's, Nike, Pull & Bear y Louis Vuitton, entre otras marcas. "La serie debe ser de culto y en especial conviene no inundar el mercado para no matar su imagen", advierte Sultan.

LIAM DANIEL/NETFLIX

El fenómeno va mucho más allá de los corsés y los trajes de época de Los Bridgerton, una historia que esconde mucho más trabajo y talento que casualidad: el equipo de vestuario de la serie, formado por 238 personas, elaboró 7.500 piezas —desde cero y a mano— para la producción. Solo la protagonista, Phoebe Dynevor (Dafne), aparece en pantalla con 104 trajes diferentes como explica Modalia.

Lupin, otro gran éxito reciente de Netflix, también refleja esa íntima relación entre moda y entretenimiento. La producción francesa, que adapta el mito literario de Arsène Lupin, ha provocado el auge de la popularidad de varias firmas de moda y las chaquetas de chándal son buen ejemplo de ello. Tanto es así que la que luce el protagonista en el último capítulo y que es de la marca Fred Perry se encuentra agotada en diversos portales de moda como Farfetch.

Capítulo aparte merecen las Air Jordan, unas zapatillas que nunca han dejado de estar de moda ni de estar cotizadas. Pero su presencia constante en cada episodio no ha hecho sino acrecentar su fama.

La revista CG destaca en un extenso reportaje el caso de las Air Jordan 1 Retro High Fearless UNC Chicago, que tienen un precio de 370 euros: la plataforma de moda online Stylight recibió un aumento del 460% de los clics para este modelo tan solo 10 días después del inicio de la serie, tal y como recoge Lifestyle Asia-

The Crown y el resurgir de un clásico jersey

La británica Barbour, creadora de una chaqueta prácticamente eterna, también ha experimentado en primera persona el impulso del streaming por el éxito de The Crown. La serie ha convertido sus clásicas cazadoras, en especial su modelo Ashby, en el producto más aclamado de su catálogo, seguido de las botas. España fue el quinto país que más búsquedas hizo al respecto en los días posteriores al lanzamiento de la ficción.

Sophie Mutevelian / Netflix

Pero la mayor prueba de éxito se esconde en el icónico jersey con ovejas estampadas de Warm&Wonderful que lucía Lady Di en los años 80, y que tras aparecer en la cuarta temporada de The Crown se ha vuelto a hacer viral. Jack Carlson, encargado de reeditar la prenda, explicaba que a las pocas semanas del lanzamiento de la colección se agotó toda la producción, según recoge La Vanguardia.

También hay ejemplos en Gambito de Dama, otro gran éxito de Netflix, ya que varias de las prendas vestidas por su protagonista, la actriz Anya Taylor-Joy, experimentaron un importante aumento de tráfico con el estreno de los capítulos según recoge Lifestyle Asia: es el caso de una estilosa chaqueta de cuadros (+ 383%) o el emblemático abrigo blanco (+ 131%) que luce Beth Harmon en el capítulo final de la miniserie.

De la popularidad renovada de las boinas tiene parte de culpa otra producción de la plataforma de streaming. El estreno de Emily en París, cuya protagonista no se puede entender sin su inseparable boina roja, coincidió en el tiempo con un aumento del 100% en las búsquedas de boinas rojas dentro de la plataforma Lyst, que analiza las tendencias de moda en función de las búsquedas en internet, tal y como recoge Hola.

Netflix

Y no solo eso. Emily en París también puso sobre el radar un bolso en concreto, el modelo Jelly Snapshot Camera Bag de la firma Marc Jacobs que puede venderse por más de 400 dólares y cuyas ventas aumentaron hasta en un 92%.

No todo es Netflix: el fenómeno de Jodie Comer

Des Willie/BBCA

En 2018 se empezó a emitir la serie Killing Eve y una de sus protagonistas, Jodie Comer, se convirtió con su éxito en un completo ícono de moda.

La revista Harper's Bazaar explica que en Ebay se experimentó un aumento del 48% en las búsquedas de aros de oro de gran tamaño y de un 20% en las blusas negras de encaje, elementos clave en el outfit de la actriz.

En esta misma línea, Cultbox explicaba en su día que las búsquedas de prendas de la diseñadora neyorquina Rosie Assoulin, y que la actriz luce en diferentes episodios, aumentaron en un 49% entre abril y mayo de 2019, meses que coinciden con la emisión de la serie.

Y en España uno de los ejemplos que mejor explican el fenómeno es Élite, una serie adolescente que no solo triunfó en España, sino que resonó en buena parte del mundo. Y, con ella, los atuendos de sus personajes.

Manuel Fernandez-Valdes/Netflix

"Hay una razón por cada prenda que lucen los personajes de Élite", afirma Cristina Rodríguez, responsable de vestuario de la serie, en una entrevista con La Vanguardia. Rodríguez explica que cada uno los uniformes que lucen los protagonistas están customizados acorde al personaje que encarnan.

Pero si hay una aportación reseñable a la moda por parte de Élite ha sido el de volver a poner sobre la mesa el estilo preppy, que no deja de ser una alegoría a la vestimenta de los jóvenes de clase alta americana para acudir a cursos preparatorios antes de ingresar en prestigiosas universidades.

El streaming: la nueva alfombra roja

En un mundo en el que el streaming ha puesto patas arriba a Hollywood, obligada a buscar un nuevo modelo de negocio ante los cambios de hábitos de unos espectadores que no se sabe a ciencia cierta si volverán a las salas de cine, sería pecar de inocentes el pensar que las grandes plataformas no tienen incidencia en la forma de entender y vender la moda.

"El screen style ha sustituido al street style", resume Brenda Otero, responsable de comunicación del buscador Lyst, en un reportaje en El País.

Al sector de la moda, ante un mundo confinado y en pijama, no le ha quedado más alternativa que abrirse paso en el único resquicio que ha encontrado: las series de calado mundial que se han convertido, de forma intencionada o no, en una especie de nueva alfombra roja.

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