Celebrar la equitación viene desde tiempos inmemoriales. En Juegos Olímpicos, la primera competencia se celebró desde la primera edición del siglo pasado. Una costumbre que ha congregado a miles de fanáticos, que, sin embargo, han encontrado la belleza no solo de la plástica equina, sino que estas reuniones se han convertido en ejemplo de moda y distinción al aire libre.
México tendrá su oportunidad del 28 al 31 de octubre (en una primera etapa), cuando San Miguel de Allende, Guanajuato, sea la sede del primer Otomí Grand Prix de equitación, con lo que esta disciplina regresa a nuestro país tras la emergencia sanitaria mundial.
La monta de caballo, que desde los tiempos de Alejandro Magno, se convirtieron en un sinónimo de fuerza, clase y estilo, hoy siguen reflejando dichas condiciones, aunque no solo en el dominio del equino, sino también entre quienes forman parte de un público exigente que gusta de la disciplina.
Dependiendo el clima, las botas, el sombrero, los vestidos frescos y volados de diseñador, forman parte del atuendo “casual” en el desarrollo de la justa hípica. No pueden faltar las gafas oscuras, guantes y una copa de vino espumoso o champaña, para disfrutar del evento.
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— pigeon cassandra koats Sat Jul 03 18:30:05 +0000 2021
Según los organizadores, se esperan cerca de 2 mil personas, quienes podrán disfrutar de un área VIP con 80 mesas para entre seis y ocho personas ubicadas en los palcos, de un área comercial, donde se ofrecerán productos textiles, calzado y joyería, además de una zona de comida gourmet.
Para el empresario papelero, aunque no existe un código de vestimenta se busca que los asistentes lleven un outfit “casual chic”, con camisa y zapatos cómodos, “porque es al aire libre, sombrero, quizá una gorra moderna, un saquito”, dice.
Aunque la moda en las tribunas es la que el público en general conocemos, los jinetes también se han convertido en un estandarte fashion, ya que en las últimas dos décadas su vestimenta se ha transformado, más allá de su monta y control del animal.
Para Rafael David Faes, aunque los pantalones y las botas del jinete no han cambiado demasiado a lo largo de la historia, destaca las casacas y sus variantes.
Y prosigue: “Incluso los cascos de protección han cambiado tremendamente. Por ejemplo, marcas como Swarovski han innovado muchísimo en su fabricación y diseño. Antes todos vestíamos igual para montar, hoy hay mil marcas diferentes que han logrado crear una moda en todos sentidos. Es moda que se vuelve tendencia”, finalizó.
PJG
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