Por David López
El polo no lo inventó Ralph Lauren, precisamente. De hecho, varios diseñadores y diferentes firmas sacaron tajada de esta prenda antes que el diseñador norteamericano -René Lacoste el primero de todos-. Sin embargo, esta prenda es uno de sus productos superventas a día de hoy, además de una insignia identificativa que el público asocia a la firma incluso de manera inconsciente.
Tampoco fue este polo de algodón la primera prenda que Ralph Lauren comenzó a producir y comercializar en los inicios de su carrera, allá por 1967. Cuando el diseñador de moda neoyorquino fundó su propia firma, las protagonistas de su catálogo fueron las corbatas confeccionadas a mano, que se caracterizaban por su grosor y su reminiscencia de lo que se entendía entonces por glamour hollywoodense.
El nombre de su marca sería, no obstante, una premonición sobre cómo el polo de Ralph Lauren no solo iba a ser una de las prendas más importantes para la casa, sino también para toda la industria de la moda. Porque, casualmente, Ralph Lauren abrió su firma bajo el nombre de Polo, también un deporte muy popular en tierras británicas. ¿Sería esta una señal del destino?
Esta prenda llegaría al catálogo de la marca estadounidense en 1972, cinco años después de su fundación. Tras haber presentado con éxito su primera colección masculina completa en 1968, abrir tienda en la cadena de lujo Bloomingdale's -la primera en estar centrada en la oferta de un solo diseñador- e inaugurar su propia flagship boutique en Beverly Hills en 1971, Lauren introdujo el que ha acabado siendo su bestseller como parte del desarrollo de la firma, que buscaba expandir mercado y llegar a un público más amplio.
Antes de esta nueva incorporación al catálogo del diseñador americano, la marca dio otro paso determinante que, a día de hoy, ayuda a muchos a identificar las prendas de la marca de un solo vistazo: el logo Polo Pony, donde se puede distinguir a un jugador de polo sobre su caballo. Este dibujo haría acto de presencia en los puños de las camisas de la nueva línea femenina, pero acabaría bordándose a las prendas de toda la marca, convirtiéndose así en parte del legado común de toda la casa.
Las características del entonces reciente polo de Ralph Lauren no distan mucho de las actuales, factor que demuestra que se trata de una prenda de vestir atemporal inalterable en el tiempo. Con el logo Polo Pony presente en la parte frontal, en el área donde se encuentra el corazón -en palabras del propio Lauren, “que aparezca un jugador de polo le otorga una calidad aspiracional”, se lanzó en una infinidad de colores, tanto neutros como estridentes, y se caracterizó por su confección en algodón, su cuello de camisa, su manga corta con puño ajustado y su corte recto.
De manera inmediata, el polo de Ralph Lauren se convirtió en un icono de la moda americana y, posteriormente, en un must have en los armarios de todo el globo terráqueo. Presente en todas las líneas del diseñador de El Bronx a un precio que va desde los 95 euros, en el caso de los modelos más clásicos, a los 450 euros, en el caso de los pertenecientes a la línea de lujo Purple Label, esta prenda se ha mostrado imbatible al paso del tiempo para confirmarse como un básico que nunca falla. En resumen, una inversión en toda regla que heredarán todos tus descendientes y que encapsulará parte del motivo que convirtió a Ralph Lauren en un indispensable de la industria textil.
COMPRAR polo de piqué Classic Fit, por 95 € en Ralph Lauren.
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