Cae una ligera nevada sobre Andorra. El día está intenso. Pero la montaña tiene eso. O te adaptas o te adapta. Marc y Santi nos esperan bajo la mítica escultura que da pie a la no menos famosa pista Aliga. Sí, estamos en Grandvalira y hemos quedado con los dos mayores expertos en confección de pistas y carreras del Principado para que nos descubran las dos joyas que el Pirineo guarda en su interior. Dos pistas especiales que pueden dar el espaldarazo definitivo a un país entero. Androrra ha presentado su candidatura para organizar los Mundiales de Esquí Alpino en 2027 y Àliga y Avet son sus grandes apuestas.

Dos pistas, para Eslalon, Gigante, Súper Gigante y Descenso que se la pueden jugar con cualquiera de las históricas de los Alpes.Lo mejor es que un día cualquiera, si uno parte desde Soldeu o el Tarter tendrá la ocasión de bajarlas en plan comercial, siempre que tenga algo de nivel. Vamos, como quedar con los amigos para jugar una pachanga en el Bernabeú, realizar una sesión de tiro en el Madison Square Garden o pasar unas bolas en la Philippe Chartrier de Roland Garros.

Marc Mitjana (secretario General de Copa del mundo y candidatura) y Santi López (Jefe de carrera) nos reciben bien pertrechados, walkie colgando de la pechera y ropa oficial de la estación. Mientras vamos descendiendo las pistas de Copa del Mundo, van abriendo la enciclopedia. Saben tanto que todo parece sencillo. Incluso a su lado uno tiene la sensación de ser mejor esquiador de lo que es.

Horas y horas de trabajo para generar una pista de descenso como Àliga en la que se pueden alcanzar hasta los 137 km/h. "A nivel femenino es una pista inmejorable. En categoría masculina no es sencilla, ni mucho menos", bajar con ellos es una delicia. En cada parada en esta bajada de cerca de 3 kilómetros hay una sorpresa. "Aquí hemos creado varios saltos, desniveles, cambios de dirección, dificultades...", si uno se acerca se le quita la tontería. Imagina a Dominik Paris dejándose caer con sus cuádriceps de cemento y le entra el cosquilleo. Bajo la nieve, que no da tregua, llegamos al 'curvone'. "Aquí la pista se acelera y se pueden llegar a coger velocidades cercanas a las 140 km/h", comentan como si se tratara de bajar haciendo turismo.

La preparación de las pistas es eterna, trabajosa, kilómetros de redes para asegurar a los esquiadores, movimiento de nieve, creación de una pista perfecta, a la que se inyecta agua para que se convierta en hielo y reduzca el rozamiento. Si un esquí de competición te roza ve a por una buena venda para el corte. Están afilados como cuchillas. Una vez preparada, la pista ya no es comercial. Un esquiador muy avanzado tendría problemas para mantenerse en pie. "En una de las pruebas previas descubrimos la figura del 'aguanta médicos'. Cuando nos dimos cuenta de que si el galeno que acudía a atender a un esquiador lesionado en pista se quitaba los esquís, no podía mantenerse en pie y podía acabar en meta... rodando".

Acabamos la vista a Aliga y nos pegamos un paseo por Avet. Es una pista consolidada, de las mejores del mundo para el Eslalon Gigante. La misma Shiffrin lo dijo hace un par de temporadas en las finales de la Copa del Mundo de Soldeu 2019 cuando acumuló globos de Cristal en Andorra. "Quiero volver", comentó la diva de las nieves americana. Avet es una delicia de desnivel, técnicamente exigente, sin fisuras, perfecta. A Marc y Santi se les cae la baba al hablar de ella. Es como si se refirieran a una hija que ha dado el salto a la Universidad. "Es una pista que no tiene fallo, tanto para categoría femenina como para la masculina. Mezcla perfectamente técnica, velocidad y desnivel. Un lujo".

Tras dos horas de visita, conociendo palmo a palmo las dos pistas más importantes del Pirineo, toca reponer fuerzas. Otra de las grandes bazas de Andorra para hacerse con los mundiales de 2027. Al otro lado de las pistas la candidatura no tiene rival. Es un país entero. Un envoltorio perfecto.