En la Casa Rosada una secretaria que tiene desde 2015 y dirige un equipo de tres personas le manejan la agenda protocolar. Y es ella quien coordina con otros secretarios –sobre todo y más que nada–de Carolina Stanley y de María Eugenia Vidal el organigrama oficial de visitas institucionales. Visitas que como viene demostrando Juliana Awada desde que regresó con Macri de tres semanas de vacaciones podrían ser más frecuentes que en 2018. En las dos últimas, estuvo dos veces en La Matanza y en Chaco.
Es un año electoral y su imagen aporta un valor mediático importante y sobre todo no presenta el desgaste que sí acumula casi todo el resto de los funcionarios. Y el Presidente. Además, ella corre con una ventaja, “habla” solo por comunicados y frases en redes sociales. Es decir, en la práctica, no habla. Y en momentos de crisis como el presente sumado al desgaste mencionado es casi clave que la Casa Rosada le blinde todo acceso a los medios. Con ironía, se dice que podría dar entrevistas telefónicas y que las respuestas las dé Carolina Stanley cuyo tono de voz es similar –por no decir idéntico– al de la primera dama.
Privada. Pero además de ese blindaje que implica la función pública, Juliana Awada tiene uno más personal y que precede a su actual investidura. Y es el que integran un grupo de amigas con quienes comparte tiempo de manera aleatoria. Un tamiz de quiénes son “más amigas” podrían darlo las redes sociales. Ellas por cuentagotas y con todos los cuidados lógicos, han posteado fotos en la residencia de Olivos junto a Awada e incluso con Antonia Macri. También en reuniones privadas como cumpleaños de algunas de ellas o salidas a comer, actividad que tampoco abunda en la agenda semanal de la primera dama.
Única. Por ser familiar y la hermana mayor, Zoraida Awada es quizás la más importante del “círculo rojo” de Juliana. Más allá de ser quien se hace cargo de la hijas –Valentina y Antonia– cuando viaja al exterior, no hay duda que es quien más la conoce. Incluso en situaciones menos formales como son cenas de ONG mediáticas a las que Juliana solía ir, es Zoraida quien la reemplaza.
Casi todas son amigas de ella desde antes que se convierta en primera dama
Cindy Tepperman es otra delas integrantes. Ella es la mujer de Eduardo Cohen a quien Mauricio Macri llama su mejor amigo. En realidad, el nexo con los Cohen –cuya millonaria y brasileña madre, Lili, tiene conexiones con la elite europea y norteamericana– es sobre todo con los Awada. Es en la casa que ellos tienen en Villa La Angostura donde la pareja presidencial pasa los veranos. Es decir, en Cumelén hay una casa donde hacen base, pero es en la de Cohen donde pasan la mayor parte del día debido a las generosasdimensiones, comodidades y privacidad que esa propiedad ostenta. Cindy Cohen es de las que tiene habilitado el posado en fotos con ella, pero no hace abuso. Su perfil público apunta más a exhibir su rol de productora de cine. De hecho estuvo en 2018 en el equipo de films como Rodrigo y El amor menos pensado.
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— Varghese Summersett Thu Aug 27 19:08:17 +0000 2020
Apellidos con poder. Por pertenecer a familias que aportan al PBI nacional, hay dos integrantes que hacen de la discreción una condición natural. Ellas son Cathrine Roemmers y Natalie Sielecki; esta última también suele compartir momentos en Villa La Angostura porque su familia política tiene la hostería premium Las Balsas. Y se rumorea que fue quien le facilitó su departamento de Saint Germain des Pres cuando en 2018 Juliana hizo un viaje privado de cinco días a París.También Pamela Marcuzzi de Saguier maneja la cuestión de la privacidad. Fue una de las testigos de Juliana en su boda civil con Macri. Igual esa relación no pudo franquear que la primera dama dé un reportaje a ninguno de los medios de su familia política.
Las fashion. Andrea Martínez es diseñadora de modas, pero no masiva y no tiene una tienda a la calle. Pero sí sus prendas lucen una marca TuCouture: la conjunción de “tucumana” (ella lo es) con la palabra francesa. Cuando Juliana era solo la mujer de un Macri jefe de Gobierno, solía ponerse algo de ella para ayudarla a potenciar sus productos. La “Tucu”, como todos la conocen, es de las amigas históricas de Awada y otra de las que a veces postea una imagen que refrenda esa cuestión. Pero aunque tiene mucha actividad social, su boca se sella cuando ve que hay interés y curiosidad sospechosa de parte de algún interlocutor que ella conoce poco... o desconoce.
Juliana Awada en campaña: visitó otra vez La Matanza, distrito clave para Macri
También dedicada a la moda es Romina Pigretti, la socia de Micaela Tinelli, en la marca Ginebra. Con ellas tambiénaplicó la misma estrategia de apoyo a la firma vistiendo en algunas ocasiones ropa de esa marca. Una, por demás mediatizada, fue la visita de Macri al EE.UU. de Trump. Allí Awada usó un traje rojo que trajo alguna polémica. También ambas compartieron algún viaje a París –previo a la asunción– para ver tendencias.
En el caso de Georgina Pontoriero el carácter fashion viene de su pasado como modelointernacional entre los 80 y comienzos de los 90. En su caso es de quienes también profesa amistad familiar con, por ejemplo, los Roemmers.
A veces se suman a este grupo otras relacionadas con la moda como Marina Lafuente, infaltable en los fines de año en Cumelén, Sandra Hillard y Evangelina Bomparola que, por haber sido pareja de Franco Macri, suma un nexo adicional a su rol como diseñadora de prendas que Awada también usó en actos protocolares. Hay otra amiga como Marina Laurence de muy bajo perfil, pero de alta llegada.
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